Para toda la vida
El material campero por excelencia es el cuero, ya que de este ambiente viene la piel con la que se fabrican, ya sea de vaca, oveja, caballo o cerdo. Si se sabe cuidar y restaurar cuando hace falta, un sofá de cuero será una de esas piezas que se quedan en la familia por generaciones. El sofá de cuero campero por excelencia es el Chester. Se trata de una de esas piezas que siempre está de moda, aunque en los últimos años ha vuelto con fuerza. Los fabricantes reeditan piezas tradicionales, y los diseñadores reinventan modelos clásicos. Es el caso de Natuzzi y Poltrona Frau. Aunque se pueden encontrar piezas tapizadas en damasco o terciopelo, el Chester original es de cuero, en capitoné o con botones cosidos, patas redondeadas y cortas. El original era de cuero marrón, burdeos o verde, aunque ahora el blanco y el plata están de moda. Su respaldo y brazos van en voluta. Al principio su asiento no llevaba cojines, sino que la estructura se acolchaba sin más.
cuerosmuebles a su servicio
El material campero por excelencia es el cuero, ya que de este ambiente viene la piel con la que se fabrican, ya sea de vaca, oveja, caballo o cerdo. Si se sabe cuidar y restaurar cuando hace falta, un sofá de cuero será una de esas piezas que se quedan en la familia por generaciones. El sofá de cuero campero por excelencia es el Chester. Se trata de una de esas piezas que siempre está de moda, aunque en los últimos años ha vuelto con fuerza. Los fabricantes reeditan piezas tradicionales, y los diseñadores reinventan modelos clásicos. Es el caso de Natuzzi y Poltrona Frau. Aunque se pueden encontrar piezas tapizadas en damasco o terciopelo, el Chester original es de cuero, en capitoné o con botones cosidos, patas redondeadas y cortas. El original era de cuero marrón, burdeos o verde, aunque ahora el blanco y el plata están de moda. Su respaldo y brazos van en voluta. Al principio su asiento no llevaba cojines, sino que la estructura se acolchaba sin más.
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